La historia del Pazo Almuzara difiere de la mayoría de las edificaciones solariegas gallegas de este tipo, entre otros motivos, porque fue edificado tardíamente, a finales del siglo XIX. Pero como en otros casos, su nombre aparece indiscutiblemente ligado al lugar cerca del que se halla, la Almuzara Vella, aunque su existencia no se debe a ningún noble linaje, sino a la fortuna del emigrante local Perfectino Viéitez.
De él se sabe que sus actos y no su cuna lo convirtieron en señor, ya que nación en el seno de una familia humilde. Con sus ansias de prosperar hizo fortuna en Ámsterdam, gracias al comercio de diamantes y posteriormente con otros negocios en Buenos Aires y Montevideo. Como a muchos emigrantes gallegos de finales del siglo XIX, la morriña por su tierra se vio compensada con una gran fortuna, que nunca habría conseguido de quedarse en su Boborás natal. En toda la provincia, pero sobre todo en esta comarca del interior gallego, la emigración a América alcanzó una singularidad muy especial a finales del XIX.
CAPITALISTA Y BIENHECHOR
Según afirma Javier Bernárdez, actual propietario de la Almuzara, Viéitez levanta la casona sobre las ruinas de otro pazo que ya existía en esta zona de Boborás, aunque no saben cuál. A su gusto por la cultura francesa se debe el clasicismo del edificio (fundamentalmente su decoración interior) y su aspecto exterior, en el que se sustituye lo que podrían ser unas torres almenadas en la fachada principal por dos frontones triangulares.
Remitiéndonos a lo poco que hay escrito sobre Perfectino Viéitez, sabemos que fue un acaudalado capitalista, promotor de varios edificios de la época en su comarca natal. Incluso se llega a decir, aunque sin ningún testimonio que lo confirme, que su objetivo fue levantar un edificio en la capital de la comarca que sobrepasase en altura al de los más ricos de la villa en aquel momento.
De lo que hay escrito también se deduce que fue un gran bienhechor de la cercana villa de O Carballiño, donde costeó las obras de construcción del cementerio, un gesto que el Ayuntamiento reconoció dando su nombre a una calle. Existe testimonio de que donó piedras preciosas para la rehabilitación de la custodia procesional de la Catedral de Ourense.
LA REHABILITACIÓN
Como el capitalista no tuvo hijos, cuando Perfectino Viéitez fallece en 1940, a la respetable edad de 86 años, el Pazo Almuzara es heredado por dos sobrinos. En sus manos estaría hasta 1993, cuando Antonio Benárdez piensa en las posibilidades del edificio y en su buena situación (en la carretera que enlaza Pontevedra y Ourense) y adquiere una de sus partes para rehabilitarla y transformarla en establecimiento de turismo rural. En 1998 compra la segunda parte, que termina de rehabilitar en el 2002. El Pazo Almuzara dispone de 17 habitaciones para alojamiento.
Muchos de los huéspedes que llegan preguntan por los orígenes de esta señorial casa. Es entonces cuando sus dueños no tienen reparo en comentar con orgullo que por sus habitaciones pasó el rey Alfonso XIII. También hablan de Perfectino Viéitez y de las actividades que lo llevaron a conseguir fortuna en la emigración, con la que levantó la casona.
Y entonces, ineludiblemente, han de mencionar la leyenda que existe en torno al Pazo Almuzara, según la cual un tesoro se esconde en alguna de sus galerías. ¿Serán diamantes que Perfectino Viéitez trajo de Ámsterdam? Cuando alguien lo encuentre, lo sabremos.
Fuente Fotográfica: Web propia